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¿Por qué la visa de prometido/a ya no es una buena opción de inmigración?

La visa de prometida, también conocida como visa K-1, es un tipo de visa que permite a un nacional extranjero ingresar a los Estados Unidos con el propósito de casarse con un ciudadano estadounidense en los Estados Unidos. El proceso implica que el ciudadano estadounidense presente una petición I-129F en nombre de su prometida extranjera ante el USCIS. Una vez que la petición es aprobada, la prometida extranjera puede solicitar la visa K-1 en la embajada o consulado de los Estados Unidos en su país de origen. Al ingresar a los Estados Unidos con una visa K-1, la pareja debe casarse en un plazo de 90 días. Después de que se celebra el matrimonio, el cónyuge extranjero puede solicitar su Tarjeta Verde a través de un ajuste de estatus.

Cuando se implementó por primera vez, la visa K-1 fue muy popular porque las peticiones se aprobaban rápidamente y las prometidas podían solicitar sus visas muy rápidamente para ingresar a los Estados Unidos en pocas semanas o meses. Sin embargo, desde que se implementó la visa K-1, los tiempos de procesamiento han cambiado drásticamente. Hoy en día, los tiempos de procesamiento para el formulario I-129F van desde 6 meses hasta un año, más varios meses adicionales para que la embajada o consulado de los Estados Unidos programe una entrevista. Lo que una vez hizo atractiva a la visa K-1, ahora se ha perdido.

Ahora, a menos que circunstancias específicas lo compliquen, en lugar de solicitar la visa K-1, se recomienda que el ciudadano estadounidense viaje al país de origen del nacional extranjero para casarse allí. Con esto, el ciudadano estadounidense puede presentar una petición conyugal para el nacional extranjero. Esto es más beneficioso porque los tiempos de procesamiento serán aproximadamente los mismos, pero en lugar de ingresar a los Estados Unidos con una visa temporal, el nacional extranjero ingresará a los Estados Unidos con una Tarjeta Verde. Además, solicitar la visa K-1 resulta ser más costoso porque el nacional extranjero tendrá que pagar tarifas adicionales de inmigración para la Tarjeta Verde dentro de los Estados Unidos, mientras que los solicitantes de la petición conyugal no lo hacen.

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